El Piton de la Fournaise
El origen de la Reunión se debe gracias a la actividad volcánica de los dos Volcanes principales, el Piton des Neiges y el Piton de la Fournaise.
El primero, el cuál ya os mostré fotos de mi ascensión está inactivo desde hace unos 12.000 años pero el segundo sigue siendo una atracción para científicos así como de visitantes del mundo entero.
Mi experiencia fue de lo más agradable, gracias al buen tiempo que predominaba en el lugar, ya que con sus 2630 metros de altura, la climatología puede ser de lo más variada.
Con mi compañero de trabajo decidimos ir a poner nuestra tienda a los pies del Volcán, aún teniendo en cuenta que durante el invierno austral el frío podría ser nuestro pero enemigo. Por eso decidimos cargar con fardos de madera para estar calentitos durante la noche ya que en ese terreno, a parte de algún hierbajo que crece no abunda la flora.
Para llegar al volcán se tiene que llegar hasta La Plaine des Cafres, un pueblo localizado en las llanuras altas de la isla, llamado así en referencia a los esclavos que se escapaban hacia esas latitudes con la esperanza de encontrar un sitio para vivir en libertad.
La vegetación cambia considerablemente respecto a latitudes más bajas, así como el paisaje, caracterizado por la ganadería bovina que pastura libremente por el lugar y el clima puede ser duro y frío.
Al observar el camino que conduce al volcán, se tiene la impresión de estar en un paisaje lunar inexplorado, árido y salvaje.
Después de poner a prueba las suspensiones del coche y de un poco de aclimatación ya estábamos listos para empezar nuestra aventura. Era divertido ver la cara de los visitantes al vernos cargados con los fardos y con las mochilas bien llenas. Para empezar se toma el llamdo Pas de Bellecombe
Normalmente la ascensión toma 3h hasta la cima, y por el camino se observan los pequeños cráteres que las múltiples erupciones han ido formando. Uno de los más fotografiados es el Formica Leo que se formo en 1753 y esta situado a unos 2218 metros de altitud.
Formica Leo |
El camino continua siguiendo las pintadas blancas del suelo, más de uno ya tuvo un buen susto intentando buscar el camino hacía la cima por libre, y en malas condiciones uno se puede llegar a perder fácilmente.
El frío era considerable pero aún así el sol ayudaba a hacer la travesía más agradable y el echo de tener una visión de 360 grados hacía prever una noche plácida bajo un cielo bien estrellado.
Ya una vez en la cima, el tamaño del cráter impresiona y lo primero que uno se imagina es toda esa lava saliendo de ese agujero. El humo que sale del cráter te da una cierta conciencia de lo que hay unos cientos de metros más abajo.
Unas líneas blancas previenen al turista del peligro de aproximarse demasiado al borde del cráter ya que la fragilidad del terreno previene del peligro de caerse dentro, pero bueno esa advertencia no es respectada por todos.
La Lava en sí esta formada por varios minerales que le dan una tonalidad especial y con la presencia del sol parece brillar en tus pies.
Las vistas desde la cima |
Las formas de la lava con el mar de nubes de fondo |
Después de aprovechar el sol que aun reinaba en el lugar decidimos empezar a bajar para aprovechar la luz antes del anochecer para instalar el campamento. El lugar escogido fue la llamada Chapelle de Rosemont, una cueva formada por los tumultos de lava.
Una vez el campamento instalado era momento para descansar y observar la puesta de sol y la calma que iba apoderandose del lúgar.
Por la noche, el fuego ayudo a combatir el frío del lugar así como una buena cena a la luz del fuego.
Por la mañana ya se empezaban a ver los primeros excursionistas subiendo hacía la cima con la frontal. Mientras tanto nosotros nos íbamos despertando tranquilamente con la ayuda de un buen café, mientras veíamos nuestro pequeño refugio atraer a los turistas y nos preguntaban que tal había ido la experiencia.
El despertar del Volcán |
No hay nada más agradable en montaña que despertarse con el sol en la cara |
Un pequeño regalo antes de irnos |
A la vuelta, decidimos tomar el camino que lleva hasta el Piton Saint Rose, para tener una última perspectiva del lugar. En la vertiente este del volcán se pueden observar un montón de cráteres diferentes.
Vistas del Pitón des Neiges |
Pitón Saint Rose |
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