La vida alrededor de un lago en China
La ciudad de Dali es una ciudad antigua situada en Yunnan, al sur oeste de china. Con unas 25 etnias diferentes teniendo la comunidad Bai como una de las más presentes, alrededor del 65% de la población.
Puerta principal de Dali. |
La ciudad de Dali presenta un gran interés natural gracias a las montañas y al lago Erhai que lo rodea. Es verdad que en los últimos años ha sufrido una transformación importante, sobretodo gracias al turismo. Paseando por la ciudad se respira un ambiente joven , dinámico y un poco alternativo gracias a la multitud de artistas que presentan sus creaciones artesanales en los mercados .
Durante mi estancia en Dali, aproveche para hacer un recorrido alrededor del Lago Erhai en bicicleta y poder ver un modo de vida rural, alejado del estrés de la ciudad más próxima Kumming, descubriendo el modo de vivir de sus habitantes, los cuáles aprovechaban los múltiples recursos que les proporcionaba la naturaleza envolvente del lugar, viviendo sobretodo de la pesca, la agricultura y la ganadería.
Paseando por esos lugares, uno se da cuenta de la tranquilidad que se respira en el mundo rural. Uno sabe lo que quiere y lo que necesita. Sólo tiene que saber como utilizar sus recursos para sobrevivir, seguramente sin tener una vida lujosa llena de caprichos materiales pero sin duda no les falta lo esencial para ser felices y vivir sin penurias.
Como os decía, la mayoría de la gente que vive en Dali y sus alrededores pertenecen a la minoría Bai. Los Bai tienen su propia lengua y unas tradiciones propias como sería la arquitectura, vestimenta y ciertas creencias.
Las casas Bai me parecieron preciosas, de una tonalidad azul bastante acertada ya que contrastaba con el lugar entre el cielo y el lago. Todas tenían frescos y escrituras Bai en las paredes, remarcando aún más la sensación de estar en un lugar diferente dentro de la gran China Popular.
Casa típica Bai |
Patio Interior |
Una familia Bai |
La gente era adorable y aún sin entender ni una palabra de lo que decían se mostraban de los amables, invitándonos a visitar sus casas o compartir un té.
Lo siguiente que os voy a mostrar, seguramente va a afectar a muchos de vosotros, pero como experiencia vivida en uno de mis viajes, quería compartirlo. Al llegar a la orilla del lago, vimos una humareda a los lejos y lo primero que pensamos fue que alguién estaba preparando a comer o cocinando algo. Curiosos, decidimos ir a investigar y descubrir que el mito del perro en china no era tan disparatado, aun que en las ciudades nunca encontré un mercado donde se vendiera. Vosotros mismos si queréis ver las fotos o no...
Espero que no os haya quitado el apetito. Si os sirve de algo, lo probé y la verdad... no estaba tan malo. Pero bueno, los prejucios culturales están para algo, al fin y al cabo.
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