Después de 3 años y medio viviendo en una burbuja de felicidad a ritmo de Zouk, sol y alguna que otra langosta, decidí que había llegado el momento de pasar a otra cosa. Aún siendo feliz disfrutando de la vida placentera que me ofrecía el Caribe, echaba de menos la diversidad cultural de vivir en un continente como Europa, la Europa geográfica, ya que no debemos olvidar que Martinique, aunque este perdida en medio del Mar Caribe sigue siendo Francia.
La destinación no fue escogida al azar. Meses antes, en una visita a una amiga andaluza en la ciudad de Lyon, descubrí en ella un buen sitio para empezar una nueva aventura personal y profesional. Sus calles antiguas, sus "péniches", sus bares llenos de gente con aire bohemio y barrios interculturales con una variedad enorme de nacionalidades y culturas me hicieron comprender que la hora había llegado. Así que ahí estaba, en un avión destino a Lyon desde mi ciudad natal Barcelona.
Lo primero que hice al llegar, fui dirigirme al corazón de la ciudad, la
Place Bellecour y quedarme sentado en medio de esa plaza, pensando en lo que dejaba atrás, la gente que había conocido, las mujeres con las que había compartido tantos buenos momentos y lugares de ensueño para admirar lo que iba a ser mi nuevo hogar. Todo se alzaba majestuoso frente a mis ojos, La
Basílica Notre-Dame de Fourvière, la estatua de Luis XIV subido en su caballo y los edificios que reflejaban un pasado más que glorioso de esa ciudad. Todo era nuevo, esperando a ser descubierto, calles y lugares que todavía no había visitado y que de bien seguro se iban a convertir más tarde en recuerdos de algún romance, de alguna anécdota o simplemente en una parte más de mi vida al igual que todo aquello que ya había dejado atrás.
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Place Bellecour |
Después me dirigí a mi residencia provisional gracias a Couchsurfing. Durante dos días visité mi nuevo lugar de trabajo, diversas casas y un poco la ciudad. Después de 3 días ya estaba listo para empezar una nueva vida.
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Mi nuevo trabajo |
Lo peor de esta experiencia fue darme cuenta que Francia no se parecía mucho a la otra Francia que había conocido antes. Aquí todo era más... ¡Francia! Si, la verdad es que suena raro, pero me refiero al echo de que se acabó la vida al sol, la gente tranquila, las bromas fáciles y una manera de hacer mucho más seria, educada y refinada... vamos bastante más aburrida.
No digo que los Franceses sean sosos pero no dejan de ser un poco tensos a la hora de entablar una relación o una conversación, aunque claro está, hay de todo.
Al principio fue bonito pasear por la ciudad y descubrir las vistas desde las colinas de la
Croix-Rousse. El tiempo era bueno para un mes de septiembre en Lyon, pero pronto tuve que hacer frente a una dura realidad, en Lyon llueve y mucho, los días son nublados y puede hacer mucho frío.
En definitiva, de ir a trabajar con chancletas y pantalones cortos, al cabo de unos pocos meses me enfrente con esto:
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Las vistas desde mi balcón y la primera nevada |
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El camino hacia el trabajo |
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Y sigue nevando |
Seguramente habrá quien dirá que exagero, yo sólo sé que me compré unos descansos y los lleve puestos hasta mayo.
Pero como se suele decir al mal tiempo buena cara, así que se convirtió en una tradición el enviar este tipo de fotos cada mañana a mi familia por what's app.
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La primera foto |
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Y la temperatura sigue bajando |
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Sigue y sigue... |
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Pues nada a tomárselo con filosofía |
De echo me dijeron que fue el invierno más frío de los últimos 15 años o algo así. La anécdota fue que un día, al querer fregar el piso, me di cuenta que la fregona se quedó fuera, en la terraza durante 5 días con el cubo lleno de agua, el resultado, juzgarlo vosotros mismos.
A pesar del tiempo, Lyon fue una ciudad en la que poco a poco me iba sintiendo feliz. Gracias a Couchsurfing pude conocer gente de países tan dispares como Colombia, Perú, Chile, España, Brasil, Argentina, China, Japón y claro está Franceses pero tengo que reconocer que, cuando uno vive en un país extranjero, al final acaba conociendo gente que como tú, están simplemente de paso, en un país diferente, sin sus familias y obviamente en busca de amistades que de una manera o otra, les haga sentir como en casa.
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Preparando un Pico de Gallo |
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Con las manos en la masa |
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¡Esa masa! |
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Vamos con las tortillas |
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Buen provecho |
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Preparando el Hummus |
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Con Harout el amigo Siriano |
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Hoy toca asiático
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Preparando los raviolis chinos |
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Listos... a la mesa |
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Cenando con la ONU |
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Mi coloc y mis nuevos amigos |
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Andalucía |
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Turquía |
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Ciudadanos del mundo |
Pero a parte de tantas cenas temáticas también hubo algún que otro desmadre.
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Con mis Lindas amigas Karen y Catalina |
Echando de menos mi vida anterior, una nueva empezaba a formarse en esta ciudad.
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